lunes, 3 de febrero de 2014

¿Cómo somos de buenos haciendo varias tareas a la vez?

La presión del día a día, los múltiples canales que tienen acceso a nosotros (email, teléfono, Whatsapp, Twitter, LinkedIn ...) así como la capacidad que tienen los sistemas operativos actuales para abrir múltiples ventanas simultáneamente hacen que lo normal sea trabajar en varios frentes a la vez e incluso que lleguemos a convencernos a nosotros mismos de que somos buenos haciéndolo.

El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi en su libro sobre la teoría de flujo [1]  nos explicaba que tenemos unas limitaciones muy definidas en cuanto a la información que podemos procesar. Muy resumido: nuestros pensamientos deben ir uno a uno... o nos liamos.

Image courtesy of Stuart Miles / FreeDigitalPhotos.net


Según Mihaly nuestro sistema nervioso es capaz de procesar hasta 7 señales informativas simultáneamente (sonidos, señales visuales, sentimientos, pensamientos, emociones, ...). Por otra parte nos cuesta 1/18 segundos saltar de unas a otras por lo que según sus cuentas podemos procesar 126 bits por segundo. Parece que para comprender una conversación necesitamos procesar 40 bits por segundo, por lo que teóricamente podríamos llegar a atender a tres personas a la vez... pero sólo si somos capaces de eliminar el resto de señales que entran en nuestra conciencia. No tendríamos capacidad para atender nada más, ni tan siquiera analizar nada de lo escuchado puesto que ese análisis consumiría parte de la capacidad de procesamiento que necesitamos y ten en cuenta que llegar a focalizar tanto la atención es realmente difícil, sólo al alcance de unos pocos y después de bastante entrenamiento. 

Aunque la publicación de Mihaly data de los ochenta no creo que en estos 30 años hayamos conseguido aumentar nuestra capacidad  de procesamiento significativamente.

Conocidas nuestras limitaciones choca que trabajemos diariamente como si nuestra conciencia no tuviera limites, como si pudiéramos ampliar la capacidad de nuestro sistema nervioso central al igual que ampliamos CPUs en nuestros portátiles o smartphones. Es algo tan natural que lo raro es lo contrario: Si no eres capaz de atender varias cosas a la vez eres ineficiente en el siglo XXI. Y nos convencemos a nosotros mismos (reconozco haberlo hecho personalmente más de una vez) pensando que somos capaces de redactar un correo mientras escuchamos a alguien contándonos un problema en la puerta del despacho a la vez atendemos una conversación por teléfono. Recuerdo hace tiempo haberme planteado comprar un pinganillo de esos de telefonista para liberar las dos manos mientras hablo por teléfono y así... ampliar mi productividad.

Tremendo error, ahora intento mantener al mínimo las aplicaciones abiertas en mi ordenador, eliminar las señales visuales/acústicas del "te acaba de llegar un correo" y consultar las redes sociales en horas planificadas. El objetivo es el mismo que persiguen estos métodos de gestión del tiempo que siempre han estado moda (GTD o Pomodoro son los del momento) y que intentan simplemente hacernos trabajar siendo conscientes de nuestras limitaciones, centrando la atención en el mínimo de señales posibles. Para Mihaly esto es parte fundamental para alcanzar la "experiencia óptima", esa sensación que denomina "flujo" y que al estar tan concentrado en determinadas tareas hace que el tiempo pierda su dimensión natural, las horas parecen minutos y que, según sus investigaciones, es la base para la felicidad. Tras su estudio con miles de personas por todo el mundo durante 25 años Mihaly concluye que a más momentos de flujo más felicidad.

Bueno, ese es un tema diferente, centrándonos en el aspecto estrictamente productivo la idea es clara: sé consciente de tus limitaciones, evita la multi-tarea todo lo que puedas y serás más eficiente... además de, tal vez, más feliz ;-)


Referencias:  
[1] Mihaly Csikszentmihalyi, Flow: The Psychology of Optimal Experience.


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